Los fabricantes mundiales se preparan para nuevas guerras comerciales cuando Trump regrese a la Casa Blanca
Con Donald Trump de regreso en la Casa Blanca, los fabricantes globales están en alerta máxima, anticipando la reimposición de aranceles y posibles interrupciones en las cadenas de suministro. Conociendo la postura de Trump sobre el comercio internacional, los ejecutivos de las industrias automotriz, aeroespacial, siderúrgica y química se están preparando para un período tumultuoso que podría afectar las operaciones y los precios al consumidor a escala global.
Un posible resurgimiento de las tensiones comerciales
En su primer mandato, Trump utilizó agresivamente los aranceles como palanca en las negociaciones internacionales, y las primeras señales sugieren un retorno a esa estrategia. Ya ha insinuado que podría imponer aranceles del 60 por ciento a las importaciones chinas y aranceles de hasta el 20 por ciento a los socios comerciales, incluida la UE. "Arancel" es, para él, "la palabra más hermosa del diccionario" y sus planes se extienden a los derechos de importación de automóviles, acero, productos químicos y otros sectores estratégicos.
A medida que las implicaciones de estas políticas comiencen a manifestarse, los expertos de la industria creen que estos aranceles obligarán a las empresas a repensar sus cadenas de suministro, precios y posiblemente ubicaciones de fabricación.
Industria automotriz: cambios en la producción y mayores costos
La industria automotriz es una de las más vulnerables a los nuevos aranceles propuestos por Trump. Anticipándose a esto, las empresas ya están considerando trasladar la producción a Estados Unidos para compensar los mayores costos de importación. Por ejemplo, Tesla ha anunciado planes para aumentar la producción en Estados Unidos, y su director ejecutivo, Elon Musk, suspendió la expansión de una gigafábrica en México, posiblemente en respuesta a las políticas de Trump.
Sin embargo, muchas empresas carecen de la capacidad de escalar rápidamente la producción en Estados Unidos, lo que les deja pocas opciones: absorber los costos o trasladarlos a los consumidores. Según Oxford Economics, si se implementan estos aranceles, los precios de los vehículos estadounidenses podrían aumentar hasta un 3,7 por ciento, presionando aún más a una industria que ya enfrenta altos costos para el desarrollo de vehículos eléctricos y la presión de la competencia china.
Los gigantes automotrices alemanes, que dependen en gran medida de las ventas en Estados Unidos, podrían ser los más afectados por las políticas de Trump. México, un actor clave en la cadena de suministro de automóviles, produce más de 2,5 millones de vehículos para el mercado estadounidense anualmente, y la promesa de Trump de bloquear las importaciones de automóviles desde México podría perjudicar no sólo a los fabricantes mexicanos sino también a marcas estadounidenses como GM y Stellantis. "Es difícil ver cómo la imposición de aranceles ayuda a controlar la inflación", señala el analista de Barclays Dan Levy, subrayando la complejidad del enfoque de Trump.
La industria aeroespacial: aumento de costos y tarifas de represalia
La industria aeroespacial, con sus complejas cadenas de suministro globales, también está en riesgo. Para Boeing, los aranceles podrían sobrecargar aún más una cadena de suministro ya frágil y aún afectada por la pandemia de COVID-19. Los analistas sugieren que Airbus, con algo de producción en Alabama, podría estar en una mejor posición, pero los aranceles podrían desencadenar medidas comerciales recíprocas, haciendo que los aviones de Boeing sean menos atractivos para los compradores internacionales.
Aunque algunos ejecutivos restan importancia al impacto, argumentando que los pedidos de aviones tardan años en enviarse y pueden no verse influidos por cambios políticos a corto plazo, existe consenso en que los aranceles más altos probablemente se traducirán en precios más altos de los billetes de avión para los consumidores. El director general de Airbus, Guillaume Faury, indicó que la empresa podría repercutir el coste de las tarifas a los clientes, similar a la estrategia adoptada en las disputas arancelarias de 2020 por las subvenciones a los aviones.
Acero y productos químicos: protegiendo las industrias nacionales
El posible regreso de los aranceles al acero durante el mandato de Trump podría profundizar los desafíos existentes en un sector ya afectado por las exportaciones baratas de acero chino. Los fabricantes mundiales de acero, incluidos los de Europa, han expresado su preocupación por el aumento de las exportaciones de China, y el director ejecutivo de ArcelorMittal, Aditya Mittal, pidió recientemente medidas comerciales más estrictas para proteger el mercado.
La industria química, igualmente expuesta, depende en gran medida de la proximidad a los clientes debido a la naturaleza peligrosa de algunos productos. La empresa alemana BASF, líder mundial en el campo, fabrica la mayoría de sus productos para el mercado estadounidense en EE.UU., reduciendo así los riesgos potenciales asociados a los nuevos aranceles. Aun así, Estados Unidos sigue siendo un mercado vital para las exportaciones químicas europeas y los nuevos aranceles podrían perjudicar a la industria.
La Sociedad Estadounidense de Fabricantes de Productos Químicos acogió proactivamente la postura de Trump a favor de la fabricación local como un impulso a las cadenas de suministro críticas dentro de Estados Unidos.
El camino a seguir: ¿adaptación o confrontación?
Con Trump a cargo, la perspectiva de tensiones comerciales prolongadas es cada vez más probable. Su posición frente a México, un centro crucial de fabricación de automóviles, podría ser particularmente disruptiva, mientras que industrias importantes como la aeroespacial, la siderúrgica y la química enfrentan desafíos específicos del sector. Para muchos ejecutivos, la única certeza radica en prepararse para el cambio: reestructurar las cadenas de suministro, gestionar los costos y repensar las estrategias operativas para navegar lo que podría ser una nueva era de proteccionismo.
Los fabricantes de todo el mundo podrían enfrentarse a una elección decisiva: adaptarse o arriesgarse a perder el acceso a uno de los mayores mercados de consumo. A medida que la política comercial de Trump tome forma, las empresas seguirán de cerca para planificar sus próximos pasos.
A medida que se desarrollen las batallas arancelarias, tanto los consumidores como las industrias sentirán el impacto de diversas formas: desde precios más altos de los vehículos hasta boletos de avión más caros y aumentos de precios en la industria del acero. Para la industria manufacturera mundial, las tácticas comerciales de Trump podrían significar un retorno a un enfoque más resiliente y orientado a la producción nacional o un período prolongado de presión económica.
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